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En estas fechas, donde nos llegan noticias tan tristes como los atentados terroristas en Boston, la violencia pos electoral en Venezuela, el narcotráfico en México...nuestro corazón necesita consuelo, debemos volcarnos a la oración devota, esa que parece que va menguando publicamente. Oremos siempre y en todo momento unos por otros, por víctimas y verdugos. Oremos a Dios.
Te comparto el siguiente texto que escribí en el viernes 6 de abril de 2012 (semana santa). ¡A ti sean las bendiciones, alabanzas y gracias por tu amor, Señor Jesucristo!
Te entregaste...
en lo alto figuras Señor, cual reo ordinario.
Tu majestad maltrecha y tu divinidad pisoteada,
el Santo cuerpo azotado y la bendita sangre derramada.
Cómo hemos permitido aquello Señor,
¿hasta donde ha llegado tu grande Amor
y cuánto valgo yo, para que Tú, Rey del Universo
te dignes a llevar a cabo tan enorme sacrificio?
Ayúdame a entenderlo hoy, mañana y
muy probablemente la próxima semana.
Ayúdame a nunca olvidarlo, a buscar el vivirlo
tomar esa cruz tan aberrante en un principio y seguirte.
Ayúdame a vivir esta nueva Vida que iniciaste en mí,
ayúdame a amar tal cual lo hiciste en público y en privado;
a vivir el verdadero Amor al punto de dejarme morir en una cruz
a tu lado, en tu esencia, en tu recuerdo motor de mis acciones.
Ayúdame a vivir como mereces que viva aquel milagro
sufriente de amor de hace casi dos mil años;
Acompañame en mis debilidades y camina conmigo
cada paso, como el amigo que anima a otro amigo.
Tú, Bondad Eterna, semblanza del Amor
Cristo mío, Señor y Salvador bendito,
permiteme, tomar la cruz y seguirte,
allá, lejós en el horizonte y entonces
consumirme de amor por ti.
Con Cristo, con Él y en Él...
Gonzalo Jiménez

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El 10 de marzo del 2012, el Ministerio de Música de la Comunidad Jésed de Monterrey, Nuevo León, México se presentó en las instalaciones de la Unidad Deportiva de Ciudad Madero, en la zona conurbada de Tampico. Fue mi segunda vez que los escuchaba en vivo y fue una experiencia edificante.
A Jésed, los conocí diez años atrás, cuando yo contaba apenas 16. El coordinador del grupo coral al que yo pertenecía en ese entonces (y que hoy están por festejar el próximo mes 14 años de fundación, siguen siendo mis compañeros del servicio de alabanza en la comunidad parroquial de San Agustín) me prestó un álbum llamado "Corazón de Arpa". Una belleza de producción musical.
Yo pertenecía a esa corriente cristiana muy común entre los jóvenes que exige que la música religiosa exalte los sentidos, que nos haga "sentir" a Dios hasta derramar lágrimas, que nos haga danzar de alegría y no haga gritar vítores a su grandeza. Pertenecía a una corriente cristiana a la que se le hacía aburrida la Santa Misa y que estaba convencido que le faltaba más "show", hacerla más "espectacular".
Hoy sé que no existe algo más espectacular que la Santa Misa bien celebrada, ¡El propio Dios se hace presente en el altar! Comprendí y me asombré al leer a Francisco decir: "Contemplad hermanos, ¡La humildad de Dios!" cuando daba su catequesis sobre la Eucaristía. Hoy sé, que el músico en la Santa Misa es mero servidor y que todo protagonismo debe radicar en la celebración. Sé que debo dar la mejor aclamación en la alabanza (Sal 33, 3) pero que esto para nada me autoriza montar un "show".
Hoy quiero compartirte mis impresiones del anterior concierto de Jésed. El próximo 20 de abril estará de nueva cuenta en nuestras tierras jaibas y volveré a asistir como parte de los servidores de Pastoral Juvenil. Jésed viene éste año sin un integrante de menos, pero con un intercesor más, Dios bendiga a sus cantores.
SHALOM A MI CIUDAD
Alrededor de las 18:00 horas dió inicio una gran velada, llena de fe, de Evangelio y de esperanza. Esperanza de encontrar aquellas palabras que nos hicieran olvidar un poco, al menos un momento de la gran tragedia que se vive en nuestro país y, en un sentido particular, en nuestra zona conurbada. Como Cristianos, es nuestro deber hermanarnos con todas aquellas víctimas de la ausencia de Dios y no permitir que pasen por alto o simplemente ignorarlo.
El Ministerio de Música de la Comunidad Jésed de la Diócesis de Monterrey, Nuevo León, compartió por más o menos cuatro horas las bendiciones que Dios ha depositado en ellos. Un Jésed con sus elementos más jóvenes inyectó gran vitalidad desde sus primeros acordes y armonías apoyados por esa impresionante experiencia y madurez en la fe que Federico Carranza posee dentro de su trayectoria en la Iglesia Católica.
Pasando por la salsa, la cumbia, el rock y el foclor, Jésed hizo disfrutar, bailar y alabar a la asistencia para Gloria de Nuestro Señor, contando con un lleno total que se dejo ver la noche de ayer en la Unidad Deportiva de Ciudad Madero.
Y llegó el invitado, se hizó cuerpo presente en la Hora Santa que compartimos con el apoyo decidido del Padre Juan Miguel y que, con el extenso repertorio que poseen, Jésed implimió esa intimidad que solo los que han conocido al Padre pueden lograr. Hubo dedicatorias de todo tipo, incluso el Ministerio rindió merecido homenaje a las religiosas y a los sacerdotes que también asistieron al evento y de paso, como no, a su Santa Patrona, Santa Teresita del Niñito Jesús por medio de sus escritos, "Corazón de Arpa" que forma parte de la producción musical que los dió a conocer a niveles inesperados.
En fin, un magnifico evento que de nueva cuenta la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Tampico sacó adelante con ayuda de todas sus comisiones, con sus veteranos y novatos en acción todos ellos comandados por el Padre Juan Miguel que sin duda volverán a motivarnos a escuchar la Voz del Señor dentro de poco tiempo.

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En septiembre se cumplirán dos años de haber publicado en mi perfil de facebook una nota con respecto al clima de violencia que se respira en México. Vivo en una ciudad muy golpeada por la delincuencia organizada desde ya hace un par de años y muchos han sido sacrificados, "buenos" y "malos".
Actualmente se percibe un clima mucho más calmado. Ya no es tan común escuchar de enfrentamientos armados entre civiles y policías, es más, hasta los polícias fueron desplazados por los elementos del ejército mexicano. Decía, que no es tan común como antes, como al principio de esta absurda violencia que nos tocó vivir pero un miedo se apodera de pronto de mí: ¿acaso nos habremos acostumbrado a la violencia como para que unos cuantos asesinatos, desaparecidos y secuestrados lo consideremos como que poco a poco estamos regresando a la normalidad? Oren por mi ciudad y porque me encuentre equivocado.
Oremos por todos los consagrados a fin de que ejerzan con valentía su ministerio. Oremos por todos los laicos comprometidos, por los hombres de fe y buena voluntad a fin de que avancemos a la reconstrucción del alma de nuestro país. Oremos por todos los que ejercen la violencia, para que encuentren en el Sagrado Corazón de Jesucristo la verdadera vida que tanto desperdician en sus actuales ocupaciones, para que Santa María, virgen y madre les recuerde el dolor de la pérdida de un hijo. Oremos y no dejemos de orar, existen muchas razones por las cuales hacerlo, oremos con fe a nuestro Dios.
Te comparto la nota que publiqué el día de mi cumpleaños, casi dos años atrás:
Hoy tomar un taxi se ha vuelto en verdad una decisión para pensarse: robos, secuestros, violaciones y demás cosas se les achaca en general a los trabajadores del volante evitándonos tomarlos con confianza y eso...no se vale.
Conozco tan sólo a uno de ellos, padre de un gran amigo mío y es de todo, menos una amenaza para otro ser humano. La violencia no se gesta por desempeñarse en una profesión que por desgracia ha ido ganando una inmerecida fama, se gesta por permitir sin más que nuestros hijos o hermanos menores obtengan todo cuanto quieren a la hora que quieren "con tal de que no den lata". En efecto, dejarán de ser molestos unos cuantos minutos, pero cuando crezcan siguiendo esa filosofía de autoridad se convertirán en la molestia ya no de unos cuantos, sino de toda una sociedad, siempre y cuando no se les sepa encausar a tiempo.
La verdad sea dicha, siquiera en casos como el manejado anteriormente es síntoma inequívoco de que será una persona non grata en el futuro de manera irremediable; depende de los valores que el individuo vaya adoptando para su modo de vida. Uno bien podría crecer con todas las comodidades, sin carecer de algo sano y nutritivo para el cuerpo, el intelecto y el alma, pero si su mente no se ha dispuesto a abrir y conectarse al corazón, ciertamente que no deparará algo bueno para su alma y eso...tampoco se vale.
Hoy por hoy, en mi ciudad, en mi estado y en mi país se vive un clima que jamás hubiera imaginado cuando veía películas de cierto robot policía a escondidas de mis padres (sé que era malo ver ese tipo de violencia a una edad que actualmente pueden ver eso y más). Mi tierra, tú tierra y nuestra tierra se encuentra manchada con una violencia tan absurda como el mal en general. Depende de los culpables regresarla a la normalidad.
Pero, ¿quiénes son los culpables?...lo sabemos bien, nos lo han dicho de muchas maneras. No es culpa total del gobierno, ni de la policía, ni del ejército que anda en las calles, ni siquiera de los políticos corruptos que engordan a nuestra vista, tampoco de aquellos maestros ingratos que nos acosan las carteras con boletos de rifas dudosas o puntos extras a cambio...la culpa es individualmente colectiva: tuya, mía y de nosotros. Desde el momento en que no devolvemos lo que nos prestan (así sean $2.00, recuerda Lucas 16,10), cuando no respetamos a nuestros padres frente a los menores, o en el momento en el que no sentimos el menor respeto hacia alguna autoridad moral (padres biológicos, maestros, policías, ancianos, sacerdotes, pastores, y un extenso etc.) y muchas cosas que tú y yo sabemos que están mal pero ¡de todos modos seguimos haciendo!, es en ese momento en que propiciamos un terrible efecto mariposa sobre las acciones en nuestras vidas.
Hace días publique aquí mismo "Lo más absurdo de la violencia es que, quien la comete piense que no será afectado por la misma". No es fruto de un gran raciocinio...simplemente que muchos dejamos de escuchar nuestras conciencias por voltear a ver a ninguna parte. Hemos volteado la cara lejos de Dios, hemos cerrado nuestros ojos, oídos, mente y corazón a su Verdad escondiéndonos en cualquier excusa que se nos venga a la mente (en este momento podrías inventar una nueva) y será así hasta que nosotros, los que militamos alimentados por el Cuerpo y Sangre de Cristo integrantes del Cuerpo Místico del Maestro decidamos mostrar el camino del valor; quienes sí devuelven lo que les prestaron por muy pequeño que haya sido lo prestado, aquél que respeta y se da a respetar, aquél que es capaz de amar como le fue encomendado, en fin muchas cosas podría ennumerar, se resume en ir a evangelizar "siempre y en todo lugar" y eso sólo se produce intentándolo ¡Intentémoslo hoy! Dios te bendiga.

Vista de un atardecer en la zona conurbada de Tampico, Tamaulipas, México.
En nuestro andar cristiano, nuestra mejor carta de presentación es un rostro y un actuar afable, producto de un corazón dispuesto a amar, entendido de que el amor es la vocación principal que conduce a la Santidad (que dicho sea de paso, sin redundar ni contradecir, que la santidad es la verdadera y única vocación cristiana ¿Y qué es la santidad sino el amor?).
Hoy quiero compartirte un hermoso texto del venerable arzobispo Fulton J. Sheen acerca del Sentido Divino del Humor de los santos, sean los que aparecen en el calendario o los que no. Es una delicia de escrito de principio a fin y espero que tú, como yo disfrutes del mismo. ¡Gracias a la alegría divina por personas como Fulton J. Sheen!
La otra clase de gente que tiene el Sentido Divino del Humor son los santos. No quiero decir santos canonizados, sino más bien ese gran ejército de cristianos firmes y constantes, para quienes todo y cada incidente habla de una historia del amor a Dios. Puede definirse un santo como alguien que tiene el Sentido Divino del Humor, pues un santo nunca toma en serio este mundo como si fuera su ciudad perdurable. Para él, el mundo es como un andamio por el cual trepan las almas al Reino del Cielo, y cuando haya subido la última alma, entonces el andamio será retirado, no porque sea bajo, sino sencillamente porque ya habrá terminado su misión: ha llevado almas de regreso a Dios.
Un santo es alguien que mira al mundo como un semillero de las mansiones del Padre, y una escalera que conduce al Reino del Cielo. Un santo es alguien para quien todo lo que hay en el mundo es un sacramento. En el sentido estricto del término, sólo hay siete sacramentos, pero en el sentido amplio del mismo, todo lo que hay en el mundo es un sacramento, porque todo lo del mundo puede usarse como medio de especial santificación. Un santo es alguien que nunca se queja de algún deber particular a su condición en la vida, porque sabe muy bien que "todo el mundo es un escenario y todos los hombres y mujeres son apenas actores". ¿Por qué, entonces, aquel que hace el papel de un rey va a gloriarse de su corona y espada de oropel, y creer que es mejor que algún otro actor que representa el papel de ladrador, si cuando cae el telón todos vuelven a ser hombres? Así, también, ¿por qué alguien, que en este mundo tiene el accidente de disfrutar el honor a las riquezas, va a creer que es mejor que otro, que tal vez no posee nada de oro ni riquezas de este mundo? ¿Porque va a gloriarse de su corazón de relumbrón y su espada de estaño, y creer que él es mejor que otro que representa papel menos importante en el gran drama de la vida? Porque cuando cae el telón en el último día, y nosotros respondemos al llamado del juicio, no se nos preguntará qué papel representamoss, sino hasta dónde representamos bien la parte que se nos asignó.
Un santo, entonces es alguien que ha aprendido a espiritualizar y sacramentalizar y ennoblecer todo lo que hay en el mundo, y hacer de ello una oración. Ninguna ocupación es demasiado baja para tal espiritualización, ni es ningún sufrimiento demasiado duro para tal ennoblecimiento. Sólo que aquellos que no han desarrollado altamente este sentido, dejan pasar las oportunidades diarias sin hacer de ellas una oración, o sacar de ellas un lección divina. Hace siglos, de acuerdo con una historia tal vez apócrifa, en las calles de Florencia se veía un hermoso pedazo de mármol que había sido tajado y echado a perder por algún mal artista. Otros artistas mediocres habían pasado a su lado, lamentándose de que lo hubieran arruinado en esa forma. Un día pasó por allí Miguel Ángel y pidió que el mármol fuese llevado a su estudio. Luego se aplicó a él con su cincel, su genio y su inspiración. Y sacó de éste la estatua inmortal de David. La lección aquí contenida, es la de que no hay nada tan bajo que no pueda ser conquistado, que no hay deber, por vulgar que parezca, que no pueda ser restaurado por la santidad, y que no hay nada, por despreciado que sea, que no pueda ser elevado.
Abajo, en las acequías de una ciudad, había una charca de agua, pantanosa, sucia y estancada. Arriba, en los cielos la alcanzó a divisar un rayo de sol, atravesó los espacios azules hasta bajar a la charca; llegado que hubo, la besó, la penetró una y otra vez con nueva vida y extraña esperanza, y la levantó hasta lo alto, lo más alto, más allá de las nubes, y un día la dejó caer en forma de copo de nieve inmaculada sobre la cima de una montaña. Y asimismo sucede con nuestras propias vidas -que son las vidas monótonas, cansadas, rutinarias, de un mundo de todos los días- pueden ennoblecerse, espiritualizarse y sacramentalizarse, siempre que nosotros traigamos a ellas la inspiración de aquél que vio celo apostólico en la sal, con tal de que fundamos la negrura del carbón que hay en ellas con la llama del amor, con que podemos hacerlas brillar con el fulgor del diamante, con tal que traigamos a ellas la inspiración del gran Capitán que lleva cinco heridas y encienda nuestras vidas el relámpago hecho eterno en la Luz.
Y cuando hayamos hecho esto, entonces tal vez entenderemos por qué Aquel que vinó a esta tierra a enseñarnos el Sentido Divino del Humor, nos mostró todo lo que era amable y hermoso en Su carácter, excepto una cosa, Él nos mostró Su poder; nos mostró Su dolor; nos mostró Su bondad abrasadora; nos mostró Su conocimiento de los corazones humanos; pero hubo una cosa que reservó para quienes no toman este mundo muy seriamente; hubo una cosa que reservó para el Paraíso; hubo una cosa que guardó para aquellos que, como los poetas y santos, tienen el Sentido Divino del Humor; hubo una cosa que Él ahorró para el cielo, y que hará que el cielo sea un cielo, y fue: Su sonrisa.
"Modos y verdades" El sentido Divino del Humor, Obispo Fulton J. Sheen, 1956.

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Me dispongo a iniciar con las publicaciones del blog con un pequeño escrito mío. Una pequeña oración, reflexión, petición...o como quiera que se quiera llamarlo pero que, se ha gestado con el corazón dispuesto hacia el Señor, con el amor que mis limitaciones humanas ha permitido y que la gracia divina ha concedido.
Bagpa, Jesús.
Padre mío, enséñame a ser humilde de corazón
y manso a tus mandatos
tal como tu hijo Jesucristo nos ha mostrado.
Señor, envía tu Espíritu Santo sobre mi,
muéstrame el camino que quieres que yo siga,
te invito a caminar siempre conmigo.
Tú, mi amor, mi Dios, mi todo,
me rodeas, me abrazas, me estremeces y
me das testimonio constante de tu grandioso amor.
¿Quién soy yo para recibir tanto amor?
Ayúdame a merecerte, ayúdame a ser el amor
en el amor y por el amor, motivado con amor.
Ayúdame a ver a todos mis hermanos tal como tú los ves,
ayúdame a, que antes de preguntar, pueda yo obrar tu bien.
Colócame justo donde tú me necesitas y
llámame ahí donde digan que tu amor es imposible, donde digan "no puedo más".
A ti sean las bendiciones, alabanzas y gracias por tu amor, mi Señor, mi Dios y mi todo.
Padre nuestro, tuyo y mío.

Solo tu gracia me basta, Señor Jesús.
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